orría el año 2000, cuando cinco amigos vinculados a la tierra Lebaniega y defensores de su cultura y tradición, decidimos plantar con nuestras propias manos la primera viña con la intención de recuperar la antigua tradición vinícola de estas tierras.
Con el asesoramiento de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Cantabria que nos seleccionó como finca experimental, pusimos e marcha este proyecto aplicando métodos modernos y la última tecnología en viticultura y vinificación.
Tras años de trabajo, y gracias al potencial de estas tierras y su microclima único, que hace particularmente interesante y apta para una gran riqueza de variedades autóctonas y foráneas, pudimos alcanzar nuestro objetivo: la producción y elaboración de caldos de gran calidad en tierras lebaniegas.