Desde hace más de quince años, la familia Ramírez Ludeña nos hemos dedicado a mantener, reconducir y especializar la Finca Monte Guzque, heredada de nuestro padre, y situada en El Toboso (Toledo), pueblo manchego cuna de Dulcinea y de tantos otros relatos quijotescos.
Con más de 70 hectáreas de viña de diferentes variedades tintas, como son la Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Petit Verdot, Merlot y Graciano, y la Sauvignon Blanc, Chardonnay y Moscatel de grano menudo como blancas, nuestros caldos nacen de viñas criadas en tierras de monte, rodeadas de encinas, carrascas y tomillo, pretendiendo ser caldos de familia y para la familia, que es la base y el pilar que ha permitido la continuidad en el tiempo de nuestra tradición vitícola.
En un mundo que cambia constantemente, pretendemos la búsqueda de calidades diferentes, y por lo tanto de productos diferentes, con diversidades estéticas, sensoriales, culturales, históricas, emocionales.
Ante la generalización, queremos la particularización. Queremos subrayar que el vino no es un producto-base agrícola, sino más bien un \"producto perfecto\", transformado por el hombre y por su cultura en su viña, en su bodega, en el comercio, en la comunicación y en la imagen. El vino encarna una diferencia que nace desde las raíces: el terreno, el clima, la cepa, además de la mano que trabaja, la técnica, la cultura, la historia, la inteligencia del hombre. Por ello se ha creado y elaborado el vino Pago de Guzque, monovarietal graciano 2006. Con él pretendemos el inicio de la ampliación de los horizontes vitivinícolas tradicionales, empezar a dar forma a los proyectos modernos e innovadores, que pondrán cara a unos vinos de calidad incontrastable e innegable.
Los que hacemos posible Pago de Guzque, le invitamos a conocernos, a catar nuestros vinos y a disfrutar con nosotros.