Para crear Adega da Piguela lo primero fue buscar un lugar que encajase con el proyecto, donde pudiéramos innovar con nuestros vinos manteniendo la tradición. Y lo encontramos, una bodega tradicional en Petín de Valdeorras, con fantásticas vistas del valle del Sil y que restauramos manteniendo su estilo original, la cueva, la piedra, el entorno...
El siguiente paso fue seleccionar los viñedos. Valdeorras tiene una tierra y clima únicos para conseguir vinos también únicos, por la diversidad del suelo, los contrastes de temperatura y la altitud variable. Así, trabajamos todo el año teniendo en cuenta que el vino se hace en la viña, no en la bodega y buscando en cada cosecha lo que la hace especial.