De manera ciertamente atípica, los pronunciados viñedos de Merlot de las laderas del barranco de El Ariño estuvieron en su mejor momento para ser vendimiados la semana del 10 de septiembre. Se realizó una vendimia manual al alba, y cuando la uva llegó a bodega, procedió a despalillar los racimos y refrigerar las bayas hasta 8ºC en la cuba de maceración. Después de permanecer así tres días, se permitió una lenta fermentación que se prolongó hasta doce días más. Tras el descube, el vino flor fue separado y se crio en barrica de roble francés durante diez meses. Posteriormente fue filtrado y embotellado.