la variedad Pinot Noir alcanzó su punto óptimo de madurez el 20 de agosto. Debido a su particular delicadeza, sus racimos se vendimiaron de madrugada, poco a poco, para poder trabajar las uvas en bodega de forma escalonada. Así se obtuvo de forma gradual los mostos, que se dejaron macerar durante 15 minutos para obtener la baja intensidad de color buscada en este rosado. La fermentación se llevó a cabo únicamente con mosto flor y a baja temperatura. Tras tres trasiegos y su posterior estabilización, el vino fue embotellado la segunda semana de diciembre.